En la pared de la pequeña y famosa pizzería "Pirilo" de San Telmo luce como un blazón la vieja chapa esmaltada de otros tiempos, cuando el lugar se llamaba "Luigín". Pero todo sigue igual: horno a leña y nada de mesas. Acodarse en el mostrador con unas porciones sostenidas en el módico papel-servilleta es uno de esos placeres que tenemos a mano viejos expertos, jóvenes avisados, o turistas que huyen de las visitas guiadas buscando descubrir la ciudad auténtica. Nada de "Hut" y otras intoxicaciones.
1 Comments:
Estimado! No hay mejor lugar para comer pizza que en Pirilo y los 3 Ases! Es mas, me parece que ya me voy a comer una porción que estoy a una cuadra...
Le dejo un abrazo grande!
Chino
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