Friday, June 01, 2007

UN CINE DIGNO


Fui a ver "La vida de los otros", película sobre la que hubo elogios unánimes por su nivel de calidad. Dió la impresión que una gran parte de gente (entre quienes me incluyo) tuvo así la ocasión para despertar de un letargo que amenaza con propagarse más y más en los cines, atacados por los peores virus.

Prácticamente todo nivela hacia abajo y las nuevas generaciones de espectadores creen que el cine es solamente eso. Ignoran lo que hay atrás y consumen más de lo mismo hacia delante, en medio de pochoclos y gaseosas donde además dan una peli. Justamente aquí, en el epicentro porteño y sus alrededores, donde por décadas se ha desarrollado el fino olfato necesario para seguir el mejor cine internacional. Ahora aparece esta brisa alentadora que vuela de boca en boca y nos devuelve la expectativa por correr a la mágica oscuridad de la sala esquivando la oferta callejera del DVD trucho a cinco pesos.


Una mera coincidencia quiso que yo estuviera allá, en la República Democrática Alemana en el mismo tiempo y espacio donde se desarrolla la película. Participé de un Congreso de Cine, fui invitado a reuniones sociales y homenajes a las víctimas del fascismo, pero también percibí señales confusas de una sociedad que me interesaba mucho conocer. Ahora veo esas señales recreadas con justeza y honestidad intelectual mediante la indagación profunda que propone el film. Sin embargo, con los dos compañeros argentinos que integrábamos el grupo no dejábamos de percibir entonces cierta apatía de parte de la gente. Arquitectura de kilómetros de monoblocks al estilo soviético rodeados de ese silencio propio de un aislamiento impuesto, que el del natural discurrir de la vida. Cámaras tipo " seguridad" asomando en lobbys de hoteles y salones. Cámaras que hoy nos son familiares aquí, pero por otras razones. Allá era inimaginable cualquier forma de delito común, sencillamente porque no existía tal cosa. Quiero ser preciso, dando fé que nosotros no abrigábamos prejuicio alguno sobre esa sociedad, al contrario había una disposición por comprender desde nuestra mirada, las consecuencias del cambio en un país que no mucho tiempo atrás era escombros y cenizas y que ahora se presentaba como la vanguardia del Eurocomunismo. Una especie de vidriera enclavada en el corazón de occidente. Pero había algo...lo hablábamos en aquel momento. No podíamos definir esa apatía de la que sólo trajimos un vagaje de señales dispersas al mirar con la mayor profundidad posible actitudes o registrar pequeños diálogos mediante voluntariosos traductores. Después, una fugaz visita al Muro visto desde una "Unter den Linden" quieta y silenciosa como una fotografía. Más atrás la Puerta de Brandenburgo y una bandera de la República Federal flameando a lo lejos.
Ahora, después de más de 20 años el cine me dá la oportunidad de incorporar aquella experiencia personal a éste verdadero manifiesto artístico, revelador y a la vez sombrío, que nos habla de una intrincada red de delatores esquistada hasta en el propio nivel familiar y en proporciones angustiantes. Eso nos lleva a entender que los primeros crujidos habían comenzado y que en poco tiempo la historia daría un paso gigantesco hacia un cambio inimaginable, que hoy es para muchos incertidumbre y para otros amarga derrota. En lo estrictamente cinematográfico no tengo más que agradecimiento al jóven director que desnuda crudamente esas realidades arribando a un final de aquellos que perduran en la memoria. Atesoraré la imagen del temible ex agente de inteligencia saliendo dócil como un pájaro de su nueva y humillante tarea cuando se entera que el muro está cayendo. Se había abierto una ventana, una promesa hacia la libertad de un hombre que bien puede interpretarse como la parábola del poder perdido a través de su propia toma de conciencia. Una ecuación muy compleja que pronto, se revelaría como una formidable lección de la historia. Y una película que nos devuelve la emoción, ese nudo en la garganta que vos, amante del cine como yo, conocés muy bien.

Monday, May 21, 2007

REMEDIO INFALIBLE


La risa, remedio infalible, decía "Selecciones del Reader's Digest" en una de sus clásicas secciones. Pasado el tiempo, no dudo en valorar las bondades del ácido acetilsalicílico, el tridiexpadil Ibetatun-B, la magnesia San Peregrino y otros específicos, pero sin descartar nunca el humor como remedio. Desde la dosis necesaria para aliviar el gris cotidiano, como así también para contundentes respuestas a temas más pesados, respuestas que hago propias desde la sonrisa solidaria.

Invasión a IRAK. Gases letales serían los primeros en diseminar la muerte en forma devastadora. Se repartían máscaras protectoras y una angustia enorme corrió por todo el planeta. Días después ví en el diario este formidable pase de factura, a través de un humor que hace inútil mil discursos.

Son muchos los motes que ponen a las lesbianas en una situación vergonzante dentro de una sociedad que, en pocos años a dado enormes pasos hacia adelante en la materia, aunque falta muchísimo...pero los fundamentalistas de siempre no se dieron por enterados. Dado que la hoguera en la plaza pública contaminaría el aire, recurren ahora a otros medios igualmente inútiles para los fieles, que huyen en masa hacia mensajes más dignos de los tiempos que corren.

Thursday, April 19, 2007

IL DUBBIO (La Duda)


Monday, April 16, 2007


En la primavera del 84 estuve en Venecia y una de mis primeras visitas fue al "Hotel Des Bains", lugar donde se filmó "Muerte en Venecia", la gran película de Visconti. Fue precisamente esa película y la lectura de la novela homónima de Thomas Mann, las que me inculcaron la inefable idea de situar a la muerte precisamente allí, en Venecia. En aquellos veranos del siglo diecinueve los enfermizos vientos africanos entraban en Venecia provocando la muerte de los más desprotejidos. Antes del amanecer se retiraban los cadáveres que aparecían por las callejuelas, a fin de no quebrar el negocio de los grandes hoteles, temerosos de que se filtraran comentarios capaces de ahuyentar a sus clientes provenientes de la alta monarquía del Este europeo.

Una tarde, paseando cerca del Rialto llamó mi atención el anuncio de una importante muestra pictórica en el Palacio Comunal. Los afiches reproducían la obra "Il Dubbio". Un súbito e inesperado deseo de hacerme de uno de esos afiches, hizo que en pocos minutos y con la ayuda de un veneciano, me diera a la tarea de despegar uno, tratando en lo posible de no dañarlo, más allá del deterioro de la pegatina municipal y la implacable humedad. Lo hice no sin culpa y pudor creyendo por momentos que todos miraban mi confusa y en cierto modo vandálica tarea. Pero me dominaba la ansiedad y la fascinación provocada por poseer esa imagen. Por la noche, en el hotel, acuné la reproducción entre otros suaves y protectores contenidos de la maleta. Allí quedaría hasta que el avión retornara a Buenos Aires. Y aquí estuvo, casi 25 años en mi casa de San Telmo, hasta que, como si se tratara de una pieza arqueológica la exhumé en estos días de su oscuro arcón. Está expuesta otra vez a la luz de cualquier mirada en mi reducto de trabajo. Observé entonces que provoca curiosidad, algún comentario, cuando no la indiferencia de quienes se enfrentan a su potente imagen.

En esa imagen Venecia es otoñal, y sólo aparecen ocho personas. No interesan las demás, que la recorren de a miles. Es en ese pequeño conjunto donde está el o los elegidos, inconscientes de la fatalidad que los ronda, y es sobre ellos que se plantea la duda de la muerte.
Piedad?...arrepentimiento?... no, no existen en su lógica. Quizás mañana, quizás la semana próxima decida. No importa. Lo que nunca sabremos es el porqué de la duda. Nada menos que de su parte, siempre definitiva, final. El mismo que aguarda a la Venecia que se hunde, que también muere lentamente.

Wednesday, March 21, 2007

16 TÍOS


16 tíos no son poca cosa sobre todo si se ha convivido o se ha estado cerca de ellos. De mis dos ramas familiares, entre carnales y políticos, hubo 10 tíos por el lado de los Bianchi y 6 por los Trigo. Yo nací en la casa grande de estos últimos, en Sarandí, y allí viví 24 años. (En la foto, con tía Carmen en los Carnavales de 1942)

Por su parte, los abuelos Bianchi eran genoveses y los 6 hijos que tuvieron nacieron en ese mismo barrio. Tres varones y tres mujeres. Inmigrantes esperanzados, no sé como proyectaron sus sueños en aquella Argentina prometedora y lejana de la dura y amenazante Europa del 900, pero seguramente uno de aquellos sueños fue buscar la superación en sus vidas a través de los hijos, tal como lo describió Florencio Sánchez en su novela "M'hijo el dotor". Tío Alfredo cumplió ese rol: era el menor de los varones e hizo la carrera universitaria recibiéndose en Bioquímica y Farmacia, mientras que su hermano Guillermo se especializó en anilinas industriales. De mis tías María, Margarita y Delia podría citar el denominador común de cariñosas y diligentes amas de casa, al estilo de aquellos tiempos.

Sin duda, mi título de químico industrial de debe a la influencia de los tíos profesionales, porque ellos eran referentes en la familia y me estimularon a estudiar química. A mí me encantaba el laboratorio, a tal punto que en mi primer trabajo, en la fábrica de las entonces famosas pinturas "Pajarito", era analista de materias primas y las pausas del fin de semana me encontraban con la ansiedad de volver a los tubos de ensayo y a los alambiques. Después todo cambió, pero esa es otra historia.

También es otra historia la de mis tíos de la rama Trigo. Si lo tradujera a un código actual debería sumar algunos decibeles para rescatar en su debido tono mis vivencias en aquel contexto. Efectivamente, los Trigo (de inequívoco origen español) fueron mucho más expuestos, más conflictivos digamos, aunque sólo puedo hablar desde una mirada que se basa en recuerdos ahora decodificados por mi experiencia de vida y de las relaciones que voy estableciendo a partir de ahí. No hay otras fuentes, porque la transmisión oral familiar fue casi nula: de eso no se hablaba...

Mi abuelo madrileño y mi abuela gallega tuvieron cinco hijos, pero en los primeros años de matrimonio vivieron un hecho trágico. A mediados de la década del veinte mi abuela repartía leche en la zona con su carro, y un día, por un movimiento inesperado del caballo resultó atropellado y falleció Israel, su hijo de once años de edad que la ayudaba en el reparto. Era el primogénito. Después venía Julia (mi madre), Paco y más adelante Carmen y Marina. Yo fui el primer sobrino. Corría 1938 y mis tíos, muy jóvenes en ese entonces, vivían su mundo alejados de las angustias que mis abuelos sufrían por la guerra civil en España y la tormenta que se abatía otra vez sobre Europa, donde habían dejado vínculos y afectos. Desde la placidez del suburbio de entonces muchas fotos delatan mi presencia en compañía de ellos en una diversidad de escenarios a través del tiempo. Tío Paco empezó a llevarme a ver a Racing a partir de los diez u once años, desplazando de mis preferencias a Independiente que era el club de mi papá y desplazando también los hasta entonces continuos paseos con mi abuelo Manuel de cuyo cariño disfruté en los primeros años de la infancia. Otra influencia del tío fue llevarme al club social del barrio (del estilo "Luna de Avellaneda"). Allí hice las primeras relaciones sociales fuera del ámbito escolar y aprendí a jugar al basket y al billar, que me apasionaban.

Mis tías Carmen y Marina fueron referentes muy cercanas e influyeron en muchos aspectos de mi aprendizaje de vida. Pero aquí surge un matiz singular: los tíos políticos. Contrariamente a sus iguales de la rama Bianchi, que pasaron casi inadvertidos, el tío Cholo y el tío Oscar tuvieron mucha presencia en mi infancia y adolescencia. Cholo era violinista y se casó con mi tía menor, Marina. Tocó en orquestas típicas importantes en una época de absoluto auge del género. Por mi parte escuchaba los largos ensayos con su violín en la piecita de la terraza o me iba con él de visita a la casa de otros músicos, cuando no a algún baile donde él actuaba. Se explica así el origen de mi gusto por el tango.

Cholo era alegre y chispeante y una vez me contó muerto de risa que un bandoneonista en plena ejecución de un vals, se puso a decir todo tipo de palabrotas en voz alta ante el asombro del director y sus músicos. Siguió tocando como si nada y aunque el público no se percató, el maestro lo echó dándolo por loco. Cincuenta y tantos años depués pude saber que el bandoneonista no estaba loco, sino que padecía el Síndrome de Tourette, título que integra un libro de relatos que publiqué hace poco.

Marina, Paco y Carmen murieron entre los 70 y 75 años de edad y mi madre, que va por los 92, es la única de los Trigo que vive. Está lejos de ser una viejita acurrucada en un rincón y por el contrario va y viene con total autonomía. Una causa que seguramente la mantiene vital y expectante es el viejo encono con su cuñada Haydée (viuda de Paco) que debe tener unos 85 años y que cuando yo era chico me contaba cuentos. Son las dos únicas habitantes de la vieja y solariega casona de Sarandí. Ni se hablan, pero se siguen el rastro y creo que desde allí encuentran un estímulo para mantenerse razonablemente entretenidas.

A media cuadra vive tío Oscar, viudo de tía Carmen. Era motorman de tranvías y mi papá era el guarda. Hacían el recorrido de la línea 22 que iba de Retiro a Quilmes y las anécdotas de aquellos años me fascinaban. Los dos tenían un espíritu bohemio, muchos amigos y el canto o el teatro eran temas de gran interés que les hacian disfrutar las largas travesías (siempre nocturnas) conduciendo el fantasmal tranvía. Oscar, uruguayo de origen, vino un día a Sarandí y al tiempo se casó con tía Carmen. Eran el uno para el otro, como suele decirse. Desgraciadamente Carmen falleció jóven aún, a principios de los años 80.
Como la cigarra y con el paso del tiempo Oscar retomó su alegría de vivir volcada especialmente a sus nietas, que ahora viven en Miami, donde mi primo edita un medio gráfico en español. Oscar sigue cantando sus viejos tangos y valses, haciendo excelentes pizzas, o "envenenándose" con River. Tiene casi 93 años y al visitarlo de vez en cuando me recibe con un sonoro que hacés botija!?
Creo que los únicos tíos que viven son Alfredo, el bioquímico, Haydeé la de la "guerra" con mi madre y Oscar el uruguayo. Salvo Israel, al que no conocí, todos, con mayor o menor intensidad me dejaron algo, especialmente el ejercicio de los buenos sentimientos, el sentido del humor, orientación en el mundo del trabajo, inquietudes culturales y deportivas y porque no, actitudes negativas que desde allí traté de mejorar en mi propia existencia, no siempre con éxito. Con el correr del tiempo y en medio de horas muy amargas que me tocaron vivir ya adulto, sentí el aliento, sin preguntas, de los tíos más cercanos. Allí cuando el desasosiego fue muy profundo ellos estuvieron a mi lado, dándome fuerzas. Hoy todo aquello es recuerdo, "fantasmas del pasado, perfumes de ayer", como dice Gardel en una bella canción.
¿Qué puedo ofrecer a esta altura de mi vida por lo que recibí de mis queridos tíos?...Nada más legítimo que atesorar sus recuerdos, recorrer con la memoria sus rostros jóvenes, sus voces y el calor de sus manos que tantas veces me pasearon por los senderos dorados de la vida o me acompañaron por sus oscuros recodos.

Friday, January 26, 2007

ADIOS AL AMIGO

El querido amigo Antonio se fue para siempre el 21 de Enero del 2007.

Thursday, January 25, 2007

CUANDO LAS VACAS VIENEN MARCHANDO



Yo no sabía que había miles de vacas entre nuestras reservas castrenses. Esta revelación, que asombró al país, se produjo en el marco de un reciente paro agropecuario, sector disconforme con las retenciones del Gobierno. Alinearon sus modernas 4x4 y sus tractores de última generación en señal de protesta, dejando al pueblo argentino sin carne por una semana. Una verdadera provocación. Es dable acotar que si actualmente uno apaga el televisor harto de tantos crímenes y violaciones e intenta refugiarse en la radio, será inútil : las noticias son las mismas y además hay un elemento novedoso en pleno crecimiento, dedicado a las actividades del campo. Ahora todos podemos saber a cuanto se cotizó la tonelada de trigo en Chicago, cuanta escarola se comercializó en Rosario o cuantas cabezas ingresaron al Mercado de Liniers, que suelen promediar las 15.000 diarias. Semejante paro agropecuario, como dijimos, quería doblegar el ánimo de los argentinos eufóricos por los altos índices de crecimiento difundidos últimamente. Privarlos de un democrático asadito en una torre en construcción o de un buen bife de chorizo en Las Cañitas apuntaba a su desmoralización. Pero no. Se acudió a las reservas de la Patria convocando a los animales de las Fuerzas Armadas para que pongan las cosas en su lugar. Impresionado por tal acción fui a Liniers para observar los acontecimientos. Primero llegó un camión procedente de Campo de Mayo y con el mugido enérgico del toro delantero comenzaron las vacas a bajar la rampa ordenadamente formando una prolija fila en el césped. Los vaqueanos del Mercado señalaban la diferencia con las vacas civiles, siempre desordenadas y cada vez más agresivas. Lo cierto es que enseguida llegó otro vehículo que traía vacas de los alrededores de Punta Indio. Estacionó al lado del camión del Ejército y comenzaron a salir los animales de la Marina. Es conocida la rivalidad entre ambas Fuerzas de manera que los animales no se mezclaban entre sí, salvo alguna excepción como registra la foto.
Al día siguiente, en mi habitual recorrido por el viejo Mercado de San Telmo ví los puestos de las carnicerías pletóricos de asado, bifes de lomo, carnaza y otros cortes. Me emocionó saber que era, esta vez sí, la sangre y el sacrificio de nuestros animales de las FF AA, contribuyendo al bienestar del Pueblo Argentino.

Sunday, January 21, 2007

PERSIANAS BAJAS

MURIO PERON, decía "Crónica" con enormes letras. Llegado el día del traslado del cuerpo desde el Congreso hasta la residencia de Olivos, un interminable doble cordón de gente se formó en las calles. Lloviznaba levemente y el féretro cubierto con la bandera argentina y ésta a su vez con un plástico transparente inició su viaje sobre una cureña del Ejército. Un viaje rápido, crispado, en el que dominaba el deseo de llegar a destino cuanto antes. Deseo compartido por los políticos y militares responsables, que temían disturbios. Otra era la actitud de la gente con sus aplausos y gritos emocionados que se iban repitiendo según el avance del vehículo. A su lado soldados con fusiles y jóvenes civiles corrían bajo la lluvia, que ahora caía fuerte a la altura de Retiro. Yo me encontraba en Libertador, casi Callao, de espaldas al entonces paredón del ferrocarril. Allá viene. Se divisan claramente las luces encendidas de los vehículos y el zigzaguear de las motos policiales, sin embargo pasan largos minutos. La ansiedad retrasa las agujas del reloj. Cuando el sonido de los motores se mezcla con los aplausos y los vítores hay 30 metros de distancia. El corazón se acelera y son escasos 8 ó 10 segundos de acercamiento para ver como pasan 30 años de historia. La gente tiene lágrimas en los ojos, otros se han quitado gorras o sombreros en señal de respeto y algunos muestran un rostro serio y contenido por la emoción o por el odio. Levanto la vista hacia los balcones de los edificios de enfrente. Sus persianas estan bajas, las ventanas cerradas en señal de desprecio por el enemigo que ya no volverá. Varias muchachas de servicio dómestico se han asomado a los balcones con sus guardapolvos celestes o rosados. Quizás desobedeciendo órdenes o quizás impulsadas por el recuerdo de sus abuelos o sus padres que tanto le hablaron en otros tiempos de ese hombre que ahora había vuelto para morir. La lluvia arrecia, y hacia la Argentina de entonces avanza un monstruo enorme, devastador, que estaba al acecho. Los gorriones libres de la ciudad vuelan nerviosamente percibiendo con su instinto un temblor extraño que agita el aire. El monstruo llegaría pronto.

Sunday, October 29, 2006

RUBEN


RUBEN Posted by Picasa
Yo fui Ruben en mi casa natal : así me llamaban mis padres, parientes, mis amiguitos del barrio y de la escuela. Esa identidad se mantuvo hasta la primera juventud, pero después fui dejando de ser Ruben y pasé a ser Rubén ya que otras personas, en nuevos escenarios instalaron el acento en la é durante muchos años....hasta que ahora aparece repentinamente Angel, como se llamaba mi papá. Es mi primer nombre, casi nunca citado, pero una interminable serie de resonancias, tomografías y análisis de todo tipo instaron a cirujanos, radiólogos y enfermeras a usarlo. Ellos se guían por el documento por lo cual el segundo nombre pasó a ser una inicial que no interesa a los nuevos y cotidianos interlocutores. La que sí se mantiene fiel al paso del tiempo es mi madre, doña Julia, de 91 años. Para ella soy el Ruben de siempre.

Friday, August 11, 2006

BAR BRITANICO


Como olvidarte en esta queja... Posted by Picasa

Sunday, May 21, 2006

PIZZA NACIONAL


Altri tempi Posted by Picasa
En la pared de la pequeña y famosa pizzería "Pirilo" de San Telmo luce como un blazón la vieja chapa esmaltada de otros tiempos, cuando el lugar se llamaba "Luigín". Pero todo sigue igual: horno a leña y nada de mesas. Acodarse en el mostrador con unas porciones sostenidas en el módico papel-servilleta es uno de esos placeres que tenemos a mano viejos expertos, jóvenes avisados, o turistas que huyen de las visitas guiadas buscando descubrir la ciudad auténtica. Nada de "Hut" y otras intoxicaciones.

Friday, May 05, 2006

UN REMEDIO CONTRA LA CRISIS


A escribir... Ruben K, Joss, Gloria, Alejandro, Erwin, Musia, Ruben B, Malena y Maria Elena Posted by Picasa
Fue en un encuentro de amigos el 25 de Mayo de 2002, en plena crisis nacional, con el país crispado y un horizonte amenazante. Días atrás había leído en el diario una nota del gran escritor norteamericano Paul Auster, donde se refería a la inesperada convocatoria que tuvo a través de su audición de radio la propuesta para que le enviaran pequeños relatos sobre vivencias o memorias familiares: todo exento de pretensiones literarias, y más bien como expresión personal y en el estilo que cada uno considerara mejor. Recibió miles de relatos de todo el país y como reconocimiento a esa respuesta Auster se tomó un año para leerlos y seleccionar muchos de ellos, con los que editó por su cuenta y cargo el libro "Creía que mi padre era Dios". La experiencia me fascinó, y les propuse a mis amigos hacer algo similar: ponernos a escribir para luego reunirnos y leer entre nosotros lo hecho por cada uno.

El resultado fue muy bueno. Durante más de tres años las reuniones se sucedieron casi mensualmente y fueron unos doscientos relatos los que se produjeron en ese período. Relatos que más allá de sus méritos literarios ( que sin duda los hubo) significaron en parte, un respiro del espíritu, una tregua en medio de la tormenta que cada uno vivía ( o sufría) a su manera.

Como toda empresa cumplió su ciclo. Quedan como balance los mencionados doscientos relatos y la edición de dos libros, que si bién fueron iniciativas personales ("Relatos" de Rubén Kweitel y "Afectos Especiales" de mi autoría) nacieron en parte por la dinámica de ese grupo de nueve personas. Unión de voluntades que nunca tuvo un nombre que la identificara ni se propuso formas de presentación pública, más allá de practicar la memoria o incentivar la fantasía de cada uno para llevarla al papel.

Ahora, ya sea en el soporte de un pequeño libro, en carpetas o en hojas sueltas queda el testimonio de una experiencia singular y una de las tantas maneras que buscamos en aquel entonces para salir del agobiante pantano de la gran crisis. Ayudó mucho.

Thursday, April 20, 2006

WOODY ALLEN CON POCHOCLOS

No sé bién que me pasa con "Match Point", la última película de Woody Allen. Es, de las suyas, la que más público convocó en sus primeras semanas de exhibición y la crítica la halagó en forma unánime poniéndole la mayor cantidad de estrellitas, cornetitas y otros íconos. Hasta mi viejo amigo Patricio (que se detuvo en la "Nouvelle Vague") la fue a ver y me llamó entusiasmado. Yo fui el mismo día del estreno pero salí con dudas : me pareció "otro" Woody Allen. El conflicto básico de la película lo ví planteado como una telenovela de lujo, musicalizada con hermosas areas de óperas, reiteradas melodramáticamente. Todo realizado en un tono brillante pero frío y hasta diría, quizás exagerando un poco, que algún otro director con oficio y cierta dosis de talento pudo haber hecho algo similar, ecuación irrespetuosa que jamás se me había ocurrido en toda su filmografía. También extrañé el jazz...y hasta Nueva York!


Evoco "Manhattan", "Dos extraños amantes", la fantasía de "La rosa púrpura del Cairo", la intimidad de "La otra mujer", los claroscuros de "Maridos y esposas" ó "Hannah y sus hermanas" y así una larga lista que sería ocioso citar, aunque no puedo evitar la comparación con "Crímenes y pecados", porque allí hay puntos de contacto con "Match Point". Pero mientras aquella me impresionó en su amarga reflexión, ésta me creó distancia, no me involucró.

Que te pasa Rubén?...te estás poniendo nostálgico como tu amigo Patricio, el que se detuvo en la "Nouvelle Vague"?, o acaso te molesta que el neoyorkino explore otros estilos?... o lo que sería peor, te incomode compartir el selecto clan de iniciados con públicos más amplios! . Quizás, más piadosamente , pueda pensarse que te predispuso mal el ruido que hacía una pareja joven comiendo pochoclos a tu lado mientras se proyectaba la película de uno de tus más admirados directores de cine.

Saturday, April 01, 2006

TRAFFIC

Bastó una rápida mirada por el espejo para saber que el coche que tenía atrás estaba manejado por un imbécil. Era una mañana de domingo, cuando la ciudad está tranquila y la calle Brasil se libera de esa jauría de colectivos que la asolan durante la semana. El tipo se pegó innecesariamente a la cola de mi auto y previo bocinazo dibujó una "ese" corta sin atinar a pasarme. Llegando a la esquina de Perú doblé y él hizo lo mismo, pero acelerando y casi rozando mi lateral en una maniobra tan provocativa como inútil, mientras me hacía gestos como indicándome "que me corriera". Pelo amarillo y anteojos espejados, tripulaba un Renault 12 azul muy opaco que calculé modelo setenta y pico. A mi lado iba mi hijo Diego (casi 1,90 y físico con mucho gimnasio pesado) , que no percibió nada mientras leía tranquilamente el diario. Cien metros más adelante se ponía rojo el semáforo de Avda. Garay. El Schumacher de bofe frenó de golpe y unos segundos después llegué yo parando un poco más adelante, en el otro carril. Miré por el espejo del costado y ví que me seguía haciendo gestos ampulosos, mientras aceleraba en seco una y otra vez. Fue espontánea y en cierto modo curiosa mi reacción, ya que la experiencia en la calle insensibiliza, pero lo cierto es que bajé el vidrio y asomándome le grité : ¿ Pero qué te pasa estúpido, qué querés ? !... El tipo salió del auto como leche hervida y dando un portazo avanzó hacia mí con paso ganso dispuesto a mandarme a terapia intensiva, mientras yo abría mi puerta y Diego bajaba de un salto por el otro lado. Ahí Schumacher tomó conciencia que éramos dos o más ( porque Diego se puede contar casi doble), y entonces privilegió el instinto de conservación . Ya sin dirigirse a mí y como blandiendo repentinamente la bandera blanca , atinó a decirle a Diego, como leve reproche, "que yo le estaba tapando el paso ". Diego, piadoso, extendió su brazote en son de paz diciéndole con tranquilidad que "estaba todo bien". Una cuadra más adelante nos cagábamos de risa mientras veíamos como se alejaba el viejo Renault azul, a cuyo volante se encontraba uno de los miles de pelotudos que transitan a diario ésta peligrosa ciudad.

Dedicado a Roberto Fontanarrosa

Monday, March 13, 2006

PINTORA DEL SUR


Erminda Polo Posted by Picasa
En aquella adolescencia compartida en el viejo barrio donde "el lujo fue un albur", Ermin no nos daba aún señales de acercamiento a la pintura. Ese acercamiento, su aprendizaje y la plasmación de su talento vendrían después, en otra etapa de la vida. Varias veces estuve en exposiciones donde noté el interés que despiertan sus trabajos. Por mi parte siempre busco en sus obras alguna referencia o algún trazo de su pincel a los que sólo tenemos acceso sus afectos más cercanos. No es fácil ese acceso, pero no deja de ser un privilegio el poder intentarlo.

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Friday, January 13, 2006

JAURETCHE

Arturo Jauretche fue un referente en mi juventud. Aprendí mucho de él a través de algunos de sus libros ("Manual de zonceras argentinas", "Los profetas del odio", "El medio pelo en la sociedad argentina"). A menudo apelaba al humor para las más serias definiciones: "Asesorarse con los técnicos del FMI es lo mismo que ir al almacén con el Manual del Comprador, escrito por el almacenero". En los años '70 sus libros se agotaban enseguida y florecían por doquier aulas magnas, ateneos y centros de estudios donde repercutía su prédica.
Ayer, caminando por la calle Bolívar me topé con la escena que ilustra ésta nota. Llevaba mi cámara y decidí retener esa imagen que para un hombre de mi generación decía tantas cosas. En ese momento pasaba por ahí un grupo de turistas que se dirigían hacia la Plaza Dorrego, y curioso al verme fotografiar la vieja casona se me acercó uno de ellos, de aspecto típicamente yanqui, y en correcto español me preguntó si esa propiedad era muy valiosa. Le dije que sí.

Todo cambia... Posted by Picasa

Thursday, December 22, 2005

4 MICROHISTORIAS 4

Ficción y realidad: "Trapo Man", "Don Angel", "Zapping uruguayo" y "El poeta y sus musas"

Trapo Man

En esa cuadra del barrio de San Telmo el estacionamiento es libre pero difícil de conseguir. Allí buscan su lugar diariamente unos 20 coches que Carlitos cuida y ayuda a maniobrar munido de una desilachada franela. Es su medio de vida. "Frío en invierno y en verano calor..." dice Serrat en una de sus canciones. Frío y calor que Carlitos soporta estoicamente usándolos como comentario de ocasión para entablar mínimos diálogos con sus clientes. Algunos son del barrio y otros desconocidos que llegan de cualquier parte. Carlitos recibe de ellos recompensas espontáneas, en otros casos dádivas con mal humor incluído y también distintas formas de agresión: "dejame de joder"..."la calle es de todos"..."andá a laburar". El no responde a las agresiones, es muy pacífico.

A ésta altura tiene una edad difícil de precisar. Es muy flaco y de piel curtida en un tono nada parecido al dorado que adquieren sus clientes en verano. Limpio y razonablemente atildado dentro de su sencillez, arrastra levemente su pierna izquierda y habla con balbuceos rápidos. A veces comenta sobre su juventud como maestro repostero en una importante confitería de la Avenida Santa Fé, que con los años y vaya a saber uno porqué (ese misterio que hay detrás de cada persona) derivó en éste oficio que ahora le permite juntar moneda tras moneda para solventar la compra de unas pocas calorías diarias y el pago perentorio de un oscuro hotel "para caballeros", donde pasa las noches.

País imprevisible, y ciudad más imprevisible aún, a Carlitos le trastocó de golpe su delicado equilibrio. Todo empezó un lunes en que algo así como un cónclave de demonios se puso de acuerdo para castigarlo y precipitarlo en una amarga pendiente de infortunios. Primero le plantaron dos grandes containers frente a los números 1021 y 1087, que le robaron espacio a cuatro o cinco autos mermando drásticamente sus imprescindibles ingresos, y al otro día apareció un camión que depositó sobre la calle un extraño cubículo de plástico gris de unos dos metros de altura, con puertita incluída. Era un baño químico. Pronto supo Carlitos de su utilidad: recoger las heces de la cuadrilla municipal que en cuestión de horas levantaría todos los adoquines de la cuadra, para iniciar una lenta y más prolija reposición de los mismos adoquines. "Es cuestión de una semana y pico", le dijeron, sin precisarle la extensión del pico, sujeto a las frecuentes lluvias de verano.

Para Carlitos, ese brutal cambio de escenario tuvo el mismo efecto demoledor que el causado a un padre de tres hijos con madre a cargo despedido por una reestructuración, o a un cantante asolado por una angina roja el día de su debut. El trapo man sabe que no hay posibilidad de trasladarse a otra cuadra, porque cada una tiene su dueño. Son las reglas, y la única que le queda es aguantársela con el bolsillo sin sonido, vacío de monedas, lleno de angustias. Hecho un trapo.

Tuesday, November 22, 2005

Don Angel

Siempre que voy a ese bar frente al Parque Lezama lo veo sentado en la misma mesa...hablando sólo. Es un hombre mayor, de aspecto saludable, atildado y mas bién corpulento. Por los mozos me enteré que lo llaman Don Angel y que algunos desprevenidos lo suponen loco o borracho. Mientras toma su café lentamente susurra un fraseo casi inaudible acompañado por gestos amables y una mirada vivaz hacia su supuesto acompañante. El transcurrir del bar le es totalmente indiferente, y aislado en su mundo pasa el tiempo hasta que llama al mozo y dejando una buena propina se pierde por Defensa al sur.
Ayer hubo un cambio en esa comprobada rutina, cuando apareció un señor de similar edad y se sentó a su lado. A poco del saludo el recién llegado empezó con quejas por su magra jubilación y otros temas que había visto en la tele y que a Don Angel no parecían importarle en absoluto. Desde una mesa cercana imaginé a sus queridos duendes de todos los días esperando entre los árboles del parque el momento oportuno para regresar volando a la mesa del reencuentro.

Monday, November 21, 2005

Zapping uruguayo


Divorciado, un ambiente todo revuelto y un 29 pulgadas con más de 80 canales sometido a zapping frenético: aburrimiento, modorra de whisky, agenda inútil. Una publicidad sobre las costas uruguayas irrumpe en pantalla trayéndole a Pablo el recuerdo de aquel lejano verano del 74, cuando llegaba a Piriápolis con sus recién cumplidos 18 años dispuesto a beberse todos los vientos. Sería huésped de tío Walter, recién jubilado, al que no veía desde que era un "botija". El tío tenía un chalet cerca de la playa, y amable como era lo recibió dispuesto a compartir unos días. Según el ritmo imperante en la otra orilla hubo asados, cerveza, chivitos y buenos mates en frecuentes sobremesas donde la familia y el fútbol eran temas dominantes. Nada de política, porque a tío Walter nunca le interesó la política. Apenas, como al pasar, preguntó si Perón estaba muy viejo, pero nada más. Una noche, con el café, se desencadenó una lluvia torrencial y tía Amelia propuso pasar a la sala para ver un poco de televisión.
Un "Admiral" grandote apoyado en la clásica mesita con ruedas, dominaba el ambiente. En ese momento estaban pasando un partido entre equipos desconocidos para el resignado huésped porteño, pero mientras se acomodaba en un sillón vió aparecer de golpe una película con Libertad Lamarque y enseguida otra vez el partido. Pablo pensó que el aparato andaba mal , pero ya acostumbrado a la semipenumbra de la sala, observó que desde la botonera del "Admiral" salían dos soguitas de unos tres metros de largo cada una que terminaban en el sillón del tío, quien cómodamente instalado les daba calculados tironeos haciendo rotar el botón de la sintonía para un lado u otro, recorriendo así la programación de los dos únicos canales uruguayos. "Es para no aburrirme con los reclames", le dijo al asombrado sobrino de quien fue, sin dudas, un verdadero precursor del control remoto. Ahora, con 80 canales, que la era digital pronto llevará a 500, aquello es inimaginable.

El poeta y sus musas

Lucas era un poeta en crisis. Sus musas lo habían abandonado, la otrora noche amiga se le alargaba penosamente y no había tema que lo motivara: ni la belleza de una mañana otoñal ni los mil rostros lacerantes de la ciudad...nada, hasta que una madrugada de insomnio decidió que antes de capitular haría un viaje intentando la búsqueda de otros ánimos y paisajes que quizás le devolvieran la inspiración perdida. Sin detenerse demasiado en el itinerario ni el destino preciso de ese viaje tomó al día siguiente un ómnibus que iba a Misiones, pero antes que la tierra se tornara roja dio por terminada la travesía bajando en un pueblito correntino de esos que cuesta encontrar en los mapas. Era un caserío humilde ubicado en un paraje bellísimo con calles arenosas y senderos que vivoreaban hacia la ribera del Paraná. Esa tarde el río se mostraba opaco bajo un cielo relampagueante donde merodeaban truenos cada vez más cercanos y violentos.
Aspirando el olor a lluvia que traía el viento del norte, el poeta sintió de pronto la curiosidad de entrar a una capillita de adobe y techo de chapas que encontró a su paso. En el interior suavemente aromatizado por el incienso dos ancianas murmuraban el rosario mientras una mujer jóven con una chiquita en brazos salía con paso rápido, seguramente para ganarle al inminente aguacero. La nenita lloraba desconsoladamente pidiendo una y otra vez que quería llevarse "el sol en boteyita" mientras señalaba la única y brillante lamparita encendida en el pequeño altar ensombrecido por la tormenta. La expresión de la chiquita, que en su maravillosa fantasía imaginó la luz amiga del sol atrapada en la "boteyita" deslumbró al poeta, que la atesoró en su memoria mientras se felicitaba por haber dado con ése rincón del mundo donde ahora sí presentía el reencuentro con sus musas. Más aún, al salir de la capilla vió a lo lejos la estela celeste de sus vuelos zigzagueando entre la lluvia torrencial.

Monday, November 07, 2005

Polanski & Hitchcock en Baires

Posted by PicasaFantasía 1: El cochecito que usó Polanski para "El bebé de Rosemary" apareció en la Feria de San Telmo!
Fantasia 2 "Los pájaros" de Hitchcock se reúnen cerca del Parque Lezama. Querrán ahora atacar Buenos Aires?Posted by Picasa
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Ecos

San Telmo, el barrio histórico de la ciudad sigue fiel a sus tradiciones. De pronto, en la calma de la mañana dominguera una banda musical irrumpe al son de marchas, valses y nostálgicas canzonetas. El potente sonido de los bronces y de la percusión rebota en las calles todavía despobladas. Más tarde, con las primeras sombras de la noche los tambores candomberos multiplican ecos que se expanden por el aire y atrapan con su ritmo infernal a la gente. "El barrio del tambor" está vivo.

Banda matinal

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Y al anochecer...

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Candombe

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Monday, October 10, 2005

Quizás...

Salió en los diarios: se sugiere dejar libros en lugares públicos para que al azar sean encontrados por personas que, luego de leerlos, volverían a dejarlos por ahí realimentando la cadena.
Me puse a pensar porqué no habría de hacerlo yo, nóvel escritor...y en qué lugares dejaría ejemplares de mi libro "Afectos Especiales" que publiqué el año pasado y que ya casi agotada la nómina de lectores amigos, familiares y otras relaciones cercanas, creo merecen mejor suerte que estar embalados en la oscuridad de un placard.
Ayer empecé la tarea: una señora muy elegante subió al taxi que dejé libre en el barrio de Balvanera y seguramente se habrá encontrado con mi libro. Lo mismo sucederá en un banco del Parque Lezama, en el asiento de un colectivo, en la butaca de un cine, en la mesa de un café de San Telmo, en la bolsa de residuos que abre el cartonero antes que pase el camión recolector y en otros de los tantos rincones disponibles de la ciudad.
Nunca sabré la reacción de esas personas anónimas ni que harán con mi libro. Quizás acepten la idea de leerlo, quizás lo disfruten o lo comenten, quizás se identifiquen con alguna situación relatada o quizás les sea totalmente indiferente y lo dejen por ahí. Bueno, ya lo encontrará otra persona, que quizás...

Sunday, September 18, 2005

Tatuajes de luz y sombra...

El número 1 del diario "Clarín" publicado en 1945 muestra en su página 13 un comentario firmado por el periodista José Ramón Luna , seguramente, un amante del cine. Lo confirma su bella metáfora sobre el mágico mundo del celuloide.
"Enrollada en su tambor de lata duerme la cinta su mágica espiral. Guarda en sí, tatuados en luz y sombra, mil y un episodios extraídos del corazón humano, del paisaje o del acontecimiento. La espiral mágica duerme hasta que un día la ubican en la linterna y al traspasarla el rayo de luz mientras se desenrosca, echa a la pantalla los secretos que guardaba. Nos lleva entonces a vivir el drama o la comedia, el hecho o el viaje, con el auxilio de la penumbra evocadora. Y regresa después a su tambor de lata a reponer sombra y quietud hasta que se produzca otra vez el milagro al conjuro de la luz del proyector"
Hoy, a sesenta años de distancia, la era digital ha llegado y quizás en el futuro convierta aquella romántica metáfora en una referencia inexistente.

Wednesday, August 10, 2005

Adiós verano


Adiós verano (por Ricky y Ermin) Posted by Picasa

Monday, August 01, 2005

Monsieur Sartre

Más abajo, en la sección Atrapando Pixeles, verán la foto "Votre café , monsieur Sartre" (Su café, señor Sartre) . Dicha foto tiene su historia: hace unos años estuve en París y no quise dejar de conocer el famoso "Café de Flore" que solía frecuentar Jean Paul Sartre y otros existencialistas . Sin embargo el lugar había cambiado y ya tenía un toque turístico , pero igual me dí el gusto. Me senté en una mesa a la calle, pedí un café y recorrí con la imaginación otros tiempos y otras compañías. Pagué el café y me traje a Buenos Aires un terrón de azúcar como recuerdo. El terrón estuvo años en una caja, entre postales y otros objetos, hasta que decidí sacarlo del olvido. Preparé café, lo serví en un pocillo de estilo, apoyé el terrón en el platito y lo fotografié. Pasé la imagen a un tono sepia y le quité algo de nitidez, para darle un tono apropiado a los años '50. Ya era de noche cuando sobre el mantel a cuadros de San Telmo/París invité a monsieur Sartre a servirse. La foto estaba terminada.

Sunday, July 31, 2005

Atrapando pixeles...

Mi cámara de 35 mm. yace en el placard. La compré en 1960 y durante más de 40 años fotografió seres queridos, paisajes, momentos entrañables o rostros que ya no están. Nunca la venderé ni me desprenderé de ella porque fue una fiel compañera de caminos. De vez en cuando limpio su lente y la disparo descargada para mantener ágiles sus engranajes y para oír el mágico click de otros tiempos.

Me pasé a la digital que es más fría y silenciosa, es cierto, pero de a poco me voy amigando con ella. La imagen ya no viene de la ansiosa espera del revelado sino de la inmediatez de los pixeles atrapados en una memoria electrónica, pero al fin y al cabo sólo es una cuestión de soporte. En él registro los maravillosos rostros de mis nietos, los de nuevos afectos y paisajes y también ensayo otras búsquedas estéticas. Todo sigue...

Thursday, July 14, 2005


Votre café, monsieur Sartre... Posted by Picasa

Wednesday, June 29, 2005


Sirena audaz Posted by Hello

Sunday, June 26, 2005


By Coltrane Posted by Hello

Tangueando Posted by Hello

Viejo bar Posted by Hello

Interiores Posted by Hello