Sunday, January 21, 2007

PERSIANAS BAJAS

MURIO PERON, decía "Crónica" con enormes letras. Llegado el día del traslado del cuerpo desde el Congreso hasta la residencia de Olivos, un interminable doble cordón de gente se formó en las calles. Lloviznaba levemente y el féretro cubierto con la bandera argentina y ésta a su vez con un plástico transparente inició su viaje sobre una cureña del Ejército. Un viaje rápido, crispado, en el que dominaba el deseo de llegar a destino cuanto antes. Deseo compartido por los políticos y militares responsables, que temían disturbios. Otra era la actitud de la gente con sus aplausos y gritos emocionados que se iban repitiendo según el avance del vehículo. A su lado soldados con fusiles y jóvenes civiles corrían bajo la lluvia, que ahora caía fuerte a la altura de Retiro. Yo me encontraba en Libertador, casi Callao, de espaldas al entonces paredón del ferrocarril. Allá viene. Se divisan claramente las luces encendidas de los vehículos y el zigzaguear de las motos policiales, sin embargo pasan largos minutos. La ansiedad retrasa las agujas del reloj. Cuando el sonido de los motores se mezcla con los aplausos y los vítores hay 30 metros de distancia. El corazón se acelera y son escasos 8 ó 10 segundos de acercamiento para ver como pasan 30 años de historia. La gente tiene lágrimas en los ojos, otros se han quitado gorras o sombreros en señal de respeto y algunos muestran un rostro serio y contenido por la emoción o por el odio. Levanto la vista hacia los balcones de los edificios de enfrente. Sus persianas estan bajas, las ventanas cerradas en señal de desprecio por el enemigo que ya no volverá. Varias muchachas de servicio dómestico se han asomado a los balcones con sus guardapolvos celestes o rosados. Quizás desobedeciendo órdenes o quizás impulsadas por el recuerdo de sus abuelos o sus padres que tanto le hablaron en otros tiempos de ese hombre que ahora había vuelto para morir. La lluvia arrecia, y hacia la Argentina de entonces avanza un monstruo enorme, devastador, que estaba al acecho. Los gorriones libres de la ciudad vuelan nerviosamente percibiendo con su instinto un temblor extraño que agita el aire. El monstruo llegaría pronto.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Rubén... vos sabés que yo tengo una vida "paralela" a todo lo político... jamás me he tocado y creo que jamás me tocaré con esa vida. No puedo opinar, porque la desconozco!... Pero recuerdo que para esos días yo trabajaba en la sección "Atención al público para médicos y visitadores médicos" de un importante laboratorio multinacional... El caso es que el día que (finalmente...) anunciaron la muerte de Perón, yo estaba en la oficina... y estaba también un visitador médico tan simpático, como gordo. Alguien tiró la noticia y el visitador simpático y gordo... comenzó a saltar de alegría, llamó a su casa y le dijo a su mujer que... por fin... había motivo para festejar!...
Creo que por este tipo de cosas seguiré en mi vida paralela... nunca podré entender cómo una misma cosa, un mismo acontecimiento pueda ser vivido de forma justamente opuesta... no sé... será por eso "del cristal con que se mire..."

January 29, 2007 11:29 AM  
Anonymous Anonymous said...

Querido amigo no sabés que lindo es contar con este recóndito rincón de la memoria, donde "nostalgiófagos" podemos recalar para ser restaurados.
Un fuerte abrazo querido, no me deje caer la página.

April 05, 2007 1:06 PM  

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