Friday, January 26, 2007

ADIOS AL AMIGO

El querido amigo Antonio se fue para siempre el 21 de Enero del 2007.

Thursday, January 25, 2007

CUANDO LAS VACAS VIENEN MARCHANDO



Yo no sabía que había miles de vacas entre nuestras reservas castrenses. Esta revelación, que asombró al país, se produjo en el marco de un reciente paro agropecuario, sector disconforme con las retenciones del Gobierno. Alinearon sus modernas 4x4 y sus tractores de última generación en señal de protesta, dejando al pueblo argentino sin carne por una semana. Una verdadera provocación. Es dable acotar que si actualmente uno apaga el televisor harto de tantos crímenes y violaciones e intenta refugiarse en la radio, será inútil : las noticias son las mismas y además hay un elemento novedoso en pleno crecimiento, dedicado a las actividades del campo. Ahora todos podemos saber a cuanto se cotizó la tonelada de trigo en Chicago, cuanta escarola se comercializó en Rosario o cuantas cabezas ingresaron al Mercado de Liniers, que suelen promediar las 15.000 diarias. Semejante paro agropecuario, como dijimos, quería doblegar el ánimo de los argentinos eufóricos por los altos índices de crecimiento difundidos últimamente. Privarlos de un democrático asadito en una torre en construcción o de un buen bife de chorizo en Las Cañitas apuntaba a su desmoralización. Pero no. Se acudió a las reservas de la Patria convocando a los animales de las Fuerzas Armadas para que pongan las cosas en su lugar. Impresionado por tal acción fui a Liniers para observar los acontecimientos. Primero llegó un camión procedente de Campo de Mayo y con el mugido enérgico del toro delantero comenzaron las vacas a bajar la rampa ordenadamente formando una prolija fila en el césped. Los vaqueanos del Mercado señalaban la diferencia con las vacas civiles, siempre desordenadas y cada vez más agresivas. Lo cierto es que enseguida llegó otro vehículo que traía vacas de los alrededores de Punta Indio. Estacionó al lado del camión del Ejército y comenzaron a salir los animales de la Marina. Es conocida la rivalidad entre ambas Fuerzas de manera que los animales no se mezclaban entre sí, salvo alguna excepción como registra la foto.
Al día siguiente, en mi habitual recorrido por el viejo Mercado de San Telmo ví los puestos de las carnicerías pletóricos de asado, bifes de lomo, carnaza y otros cortes. Me emocionó saber que era, esta vez sí, la sangre y el sacrificio de nuestros animales de las FF AA, contribuyendo al bienestar del Pueblo Argentino.

Sunday, January 21, 2007

PERSIANAS BAJAS

MURIO PERON, decía "Crónica" con enormes letras. Llegado el día del traslado del cuerpo desde el Congreso hasta la residencia de Olivos, un interminable doble cordón de gente se formó en las calles. Lloviznaba levemente y el féretro cubierto con la bandera argentina y ésta a su vez con un plástico transparente inició su viaje sobre una cureña del Ejército. Un viaje rápido, crispado, en el que dominaba el deseo de llegar a destino cuanto antes. Deseo compartido por los políticos y militares responsables, que temían disturbios. Otra era la actitud de la gente con sus aplausos y gritos emocionados que se iban repitiendo según el avance del vehículo. A su lado soldados con fusiles y jóvenes civiles corrían bajo la lluvia, que ahora caía fuerte a la altura de Retiro. Yo me encontraba en Libertador, casi Callao, de espaldas al entonces paredón del ferrocarril. Allá viene. Se divisan claramente las luces encendidas de los vehículos y el zigzaguear de las motos policiales, sin embargo pasan largos minutos. La ansiedad retrasa las agujas del reloj. Cuando el sonido de los motores se mezcla con los aplausos y los vítores hay 30 metros de distancia. El corazón se acelera y son escasos 8 ó 10 segundos de acercamiento para ver como pasan 30 años de historia. La gente tiene lágrimas en los ojos, otros se han quitado gorras o sombreros en señal de respeto y algunos muestran un rostro serio y contenido por la emoción o por el odio. Levanto la vista hacia los balcones de los edificios de enfrente. Sus persianas estan bajas, las ventanas cerradas en señal de desprecio por el enemigo que ya no volverá. Varias muchachas de servicio dómestico se han asomado a los balcones con sus guardapolvos celestes o rosados. Quizás desobedeciendo órdenes o quizás impulsadas por el recuerdo de sus abuelos o sus padres que tanto le hablaron en otros tiempos de ese hombre que ahora había vuelto para morir. La lluvia arrecia, y hacia la Argentina de entonces avanza un monstruo enorme, devastador, que estaba al acecho. Los gorriones libres de la ciudad vuelan nerviosamente percibiendo con su instinto un temblor extraño que agita el aire. El monstruo llegaría pronto.